martes, noviembre 7

NUESTROS ETERNOS “GALIFARDOS”

El debate de los candidatos a la presidencia del Perú, se llevó a cabo con la mayor audiencia en todos los confines de la patria; teníamos la esperanza de escuchar propuestas practicas y coherentes para un buen gobierno, pero al final hemos quedado con un sabor amargo ya no solo en los labios, sino también en el alma. La cólera y la impotencia de soportar a estos seudos estadistas nos hace meditar seriamente en cual será nuestro papel de aquí en adelante. El debate presidencial registró vacíos e imprecisiones en materia de estabilidad económica y jurídica para atraer las inversiones para ejecutar proyectos de gran envergadura, así como en la parte institucional y estructural del Estado, pues los planteamientos en algunos casos fueron bastante pobres con un bajo nivel en las propuestas modernas.
Muchos de los argumentos y anotaciones de los dos candidatos que, desatinadamente nos quedan, tienen un claro tinte a “chamullo” y populismo, pues para los que investigamos diariamente y nos mantenemos enteramos de los diferentes dispositivos, lo manifestado por García en su gran mayoría ya existe; el habló de la desafiliación de las AFP’s cuyo Proyecto de Ley ya existe, él no expuso como obtendría el respectivo presupuesto; de la carretera interoceánica cuyos convenios con Bolivia y Brasil ya existen; de los grandes proyectos mineros en el sur cuyas convocatorias ya se llevaron a cabo; del respeto a las libertades de expresión, de reunión y el equilibrio de los poderes que de igual forma contiene ya la actual Constitución Política. El candidato de la estrella realizó propuestas incoherentes, entre ellas una eventual exoneración del IGV a las obras de infraestructura sin tener en cuenta los problemas que pueden generarse en la caja fiscal. Dijo que aplicará una política concertada y austera demostrando su total desconocimiento a la actual Ley de Presupuesto que justamente enmarca este aspecto. También señaló que buscará que se paguen las horas extras a los trabajadores y eliminar los "services" lo que también las normas laborales actuales contienen en forma explicita, y por ultimo propuso utilizar las escuelas de la Policía Nacional para tener más efectivos en las calles ignorando que pronto se inaugurará escuelas en varias regiones del país. Nada mas desagradable que su ambigüedad frente al TLC.
De igual manera Humala no ha dicho si su concepto de nacionalización será similar a la del presidente Evo Morales en Bolivia, limitándose a lo largo de su tiempo a cuestionar y sacar a la luz los problemas durante la administración de García, señaló que hoy por hoy la gobernabilidad no existe en el país y que los peruanos "están fregados" por la crisis económica y que la corrupción campea en el Perú. Recurrió a su discurso repetitivo nacionalista que plantea "la revisión de contratos con transnacionales y del rescate de recursos naturales", sin prever las consecuencias que acarrearía. Planteó un modelo económico alternativo al neoliberal, descentralizar la actividades productivas y expandir los mercados internos sin explicar como obtendría los recursos económicos para su ejecución. Humala planteó que sea el alcalde el encargado de responder por la política de seguridad ciudadana, distorsionando en gran medida las competencias y fines de la PNP., y por último causó comentarios risibles y extrañeza sus propuestas de rebajar los combustibles al 30% y construir 25 aeropuertos a lo largo del territorio.
En realidad los argumentos con iniciativas de cambio hacia el desarrollo estuvieron ausentes, no se reflejaron en sus intervenciones el nivel que debería tener un verdadero candidato que aspira a tan alta magistratura del gobierno. De todo lo referido pienso que está en manos del que salga elegido presidente ejecutar lo ya establecido, controlar si se ha cumplido con lo planeado y proyectado, y sancionar a los involucrados en base a los cientos de casos de procesos administrativos y denuncias respecto a informes de control que se hayan esperando a ser resueltos y ejecutados. Ante todo lo relatado sólo se me viene a la cabeza una reflexión tan real y precisa: “Cada pueblo se merece los gobernantes que elige”. Esta vez nuestros candidatos no pasaron de ser unos simples “galifardos”.
P.D. Galifardo = Inútil.

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